sábado, 29 de septiembre de 2007

Movimiento extraño el de los hombres.
Úteros inquietos quemando quimeras
de angustia y desamparo.
Un planeta en llamas conmueve al Universo infinito,
de voces acalladas, oprimidas, mendigas, sedientas de humanidad.

Un cantar mendigo de orejas atentas
se pasea contoneándose entre escombros.
Palabras insolentes, deseosas de Ser y estar,
de penetrar y fecundar finito…
lloran lágrimas de sangre negra,
como la piel del negro avasallado.

Observadora soberbia de una realidad que me golpea,
mantengo oprimido mi clamor.
Trato de encontrar la máscara
que me impida sentir y soñar
con un mañana nuevo, mejor
(de justicia social y solidaridad)

Me mantengo atenta al latido urgente
de otros cazadores de ilusiones.

Apuesto a la utopía de ser uno mismo
en esta hecatombe de comparsas.
Arriesgo el sentimiento
en cada instante que se me regala,
en cada segundo de vida.

Agradezco a la poesía
permitirme el vuelo presuroso, necesario,
de mis alas reparadas en cada choque.

Sigo de cara al sol, de frente a la vida…
Mirando al Sur que me emociona.

Escucho el mensaje de montañas milenarias.

Escucho mi corazón que aplaude…
Y me digo: - Ellos están aquí. Y siguen vivos! !

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