lunes, 17 de diciembre de 2007

A mi amado abuelo Pedro Cabello (1er Premio certamen nacional de poesía Amodil año 2001)

Sumergió su pupila,
atravesó muros de silencio,
atrapó herrumbrados recuerdos,
palpó en alientos
la mano viva del lamento.
Conmovido, arrastró sus pies
olfateando, apenas,
entre sangre seca y trapos viejos.
Una mano, inquieta, quiso sostener...
¡Ese pájaro en pleno vuelo!
Dicen que así va...de aquí para allá,
olfateando vidas...
el fantasma de mi abuelo Pedro.
Nosotros
proyectamos los sueños
vivimos los sueños
sufrimos los sueños.
Nosotros
construimos las chozas
vivimos en las chozas
sufrimos en las chozas.
Nosotros
parimos nuestros hijos
vivimos en nuestros hijos
sufrimos por nuestros hijos.
Mientras...
Ellos manejan nuestro dinero.

El otro lado...

- "Le resultó sumamente útil trasponer el límite entre la reja y su realidad. Simplemente buscó en ella una señal, algo que le permitiese avisorar el otro lado, su otro lado, el resto de él que desconocía.
Armónicos movimientos, sigilosos, medidos, pausados, fueron permitiéndole el ascenso necesario de dos, tres, cuatro peldaños de una escalera improvisada al pie de la reja. Medir cada movimiento era necesario, más cada vez, sobre todo en el último tramo. Su esencia portuguesa lo hacía tozudo, firme en su convicción de pasar al otro lado de sí mismo. Sus brazos macizos, de músculos caballerosamente distinguitos sostenían firme su silla de ruedas. Cualquier descuido sifnificaría un golpe mortal a su decisión. Por eso debería concentrarse hasta el fin, hasta llegar al otro lado. Su espalda erguida sentía todo el peso de su masa corpórea. Cada vaivén entre un escalón y el otro. Mantuvo el equilibrio. Tomó envión, Contuvo el aliento y juntó todas sus fuerzas para el último golpe fatal. Hacia el vacío.
Solía cantar todo el tiempo la canción de la cigarra, de María Elena Walsh. Decía que él era la cigarra de la canción y reía locamente, como todos en este lugar. Miles de miradas reflejaban sus ojos, nunca en un punto fijo, nunca en mí, que cantaba junto a él, nunca en la enfermera...aunque una vez, sí. Lo ví mirar fijamente la reja durante largo rato. Ese día sus ojos derramaron lágrimas. Fue la primera vez que lo vi llorar y lloré yo también, pero a mí, nadie me vio"-

A contracara (poema a dos voces)

Tus ojos verdes ojos hermosos ojos
mi estómago estrangulado
Tus manos firmes calientes curtidas
mis labios ensangrentados queriendo sonreir
Tu espalda firme espalda en la cucheta de
un frío calabozo
mi dolor de espalda de músculos que resisten dolor
Tu soledad de frío
mi calor de fiebre
Tu tristeza
mi amor
Tu dolor
mi valor
Tu soledad
mi pena
Tus ojos clavados en mi mirada
y vos
y yo
A contracara

Poema a tres voces...

-"¡¡¡ Llegó el vendedor de ilusiones!!!
Señora, señor, yo le vendo una ilusión
¿Desea ser feliz? ¿Desea viajar?
¡Yo le vendo una ilusión!!!"-

Desde un rincón el mendigo añoró...

-" Llegó el vendedor de ilusiones...Señora, señor...!"-

Una lágrima brotó de sus ojos cansados...

-"¿Desea ser feliz? ¿Desea viajar?-

...si tan sólo sus manos pudieran sentirla...

-"¡Yo le vendo una ilusión!"-

Juntó en un impulso las pocas fuerzas que le quedaron de su trabajo en la quema, y al tiempo de propinarle un puñetazo, le gritó: -"¡¡¡ Estafador!!!, ¡¡¡ Estafador!!! Ella no está, Estela murió!!!

No es un juego el de los indiecitos.
¿No sentís?
Una cuchara colmada de pan caliente
como la nieve fresca, me transporta
al aroma de maderas y lengas.

Odio el olor a naftalina, me sabe
a muertos.

No es un juego el de los indiecitos.
Jugaban en el agua, corrían y jugaban
en el agua.
Y criaban su alimento.
Y amasaban sus carnes al sol.

¿No sentís?

Un hueco en tu guitarra, en cada son,
un hueco en tu cabeza.

¿No sentís?

Son ellos y estas hojas que
me acercan.
¿No sentís?
¿No sentís?

Paseo mi imagen en tu espalda.
No fue Dios, fueron ellos con sus caballos.
No fue Dios, fue la codicia.

¿No sentís?
¿No sentís?

Ellos están en mis olores
y yo, ya casi estoy llorando.
Cargaba su mochila de destierros.
Intentaba descolgar el sol con su mirada.
Acariciar el viento con las alas, pesadas, de su espalda.
De vez en cuando mojaba sus mejillas desérticas,
asoladas, con una lágrima.
También de vez en cuando pintaba en su rostro
una mueca parecida a la sonriza,
aunque, entonces, sus ojos no miraban.
Otras veces deseaba
escuchar las voces de otros... de otros...
de otros...
Pero nada.
Cuando lograba acomodar
su mente, sus ojos recorrían
las paredes blancas,
sin cuadros, de una
desvencijada
habitación, cualquiera,
del hospicio en la calle Moreno.
Cortinas de humo registran mi historia.
-"El pucho es mi amigo"- dice el cordobés- y ahí estamos, entre mate y tabaco y la nieve desde la ventana, formando genios de lámparas maravillosas.
-"¿Los ves?"- dice córdoba-.
Y si... A esta altura también los veo, por tus ojos, que son un poco míos.
¿O serán los duendes de Lucinda Otero?
Y es que la nieve está llena de duendes...
y de hadas.
Penetrando la quietud del bosque
un niño estalló
en llantos.
Un aletear violento
de aves
multicolores
pobló el azul del
cielo
Infinitas hojas
alfombraron el
húmedo suelo
Una mamá,
inquieta, descubrió
su pecho.

Mis chicos....

Caminaba bajito sosteniendo su aliento. El frío penetraba en cada surco de vida plasmado en sus pequeñas manos. Sus ojitos asustados denotaban una vida triste.
-"¿Y si le muestro otra cara?-
Y fueron más ojos tristes y llegaron más manitas frías.
-"¿Y si pido ayuda?"-
Salgo a la calle y grito:-"Hey, miles de niños tristes llegaron a mí. ¡No puedo sola! ¡Por favor! ¡¡Por favor!! Por...favor..."-
No me escuchan. Murió Rodrigo. Ganó River. El hijo del Presidente viajó con Shakira.
Los abrazo y los beso.
Tal vez mañana.

ASHANTI

Tuve ganas de proteger
tu corazón descontrolado
de curar pacientemente
cada una de tus heridas,
de encontrar en mis ojos
tu mirada de vacío...
y ayudarte a ver más allá
de lo real,
de este hastío.
Dejame realizar
un perfecto disparo
de vida
directo a tu interior...
Permitime darme el gusto
de verte feliz,
disfrutando de poder
respirar y estar
vivo!!!
Transportaba una caterva interminable
de sufrimientos
transitorios.
Su mente mascullaba
continuos lamentos,
solitaria, ansiosa,
apesadumbrada.
Hoy, aquí, recuerdo su
inquietud, su andar
meditabundo...
su sentir la mente
descolgada en
alambrados de púas,
irse cada vez más allá.
Al infinito.
Su rostro me presentó
el desconsuelo, la
muerte, sus dones de
hombre hambriendo,
hombre sediento,
hombre creciendo,
hombre viviendo...
De sólo recordar
¡De tan sólo recordar!
Se me consume el pensamiento.

martes, 4 de diciembre de 2007

y sus ojitos brillaron....

El amor del hombre que siempre soño se posó en su mirada.
Klaudia mira desde altura de cóndor
sobre montaña milenaria, cuidando el vuelo de dos
que se aman entre guerras, injusticias, dolores y desconsuelos.
Porque, señores, el amor hoy es un milagro!!!!

Y te canto los cuarenta....


5 de diciembre de 1967-Real del Padre, General Alvear- Mendoza.


Elsa comienza con contracciones de parto. Francisco espera a su tercer hija mujer, ya resignado. El abuelo Pedro mira desde el profundo de sus ojos azules, la cosecha en flor. La Nélida, como siempre despeinada, termina de arreglar las cosas en la casa. Cuida a sus dos nietas mayores, Liliana y Silvia. En el hospital de Real del Padre, algunas allegadas asisten a la parturienta.

"Si la llaman Claudia le van a decir doña Claudina"- dice doña Elsa Müller de Tudor, la patrona de la finca. -"A mi me gusta Claudia"- repite una vez más Elsa, en acuerdo con Francisco.

Luego de un forzoso y cansador trabajo de parto, a la madrugada nace las más grandota de la familia, con 4,800 kgs.

-"Grandota la gordita"-, dicen las enfermeras. -"Oí decir que no tiene ropa, pobrecita, es tan grandota", dice la partera.

Mientras tanto, la gordita grandota ya llora en la habitación, feliz de nacer a la vida, aún desnuda pues es tan grande, que la ropa que la esperaba no llega a vestirla.


No sabía Claudia por entonces, que su infancia pasaría en Cutral Có, Cerros Colorados, Plottier y que la Patagonia y Mendoza le marcarían un destino "a pura cepa", como suele decir por estos años, y que cambiaría la C por la K, porque es más linda, porque suena más fuerte, porque es como ella, más intensa. Y que sus amigos y conocidos le dirían Klaudia con K, o que en el Siglo XXI le preguntarían si es por Kirchner...el Presidente argentino.


Tampoco sabía que sus cuarenta la encontrarían enamorada después de tanto intento, de un hombre que hace sonar campanas en su alma, que su hija ya crecida sería orgullo en sus labios, que tendría 8 sobrino/as maravillosos que hacen que fluya su sangre con más ahinco, que sería parte de una gran familia de 8 hermanos, que su padre estaría con Beba y su madre con Pancho, que sus amigos de la infancia la acompañarían durante toda su vida y que cada vez que saliera a la calle en cualquier lugar donde ha vivido, se pararía con cada conocido una media hora a conversar de las alegrías y sinsabores de la vida, pero siempre dando un abrazo cálido.


Porque Klaudia es así, intensa, sincera, cariñosa. Y así llega a cumplir las "cuatro décadas". De modo intenso, sintiéndose plena, disfrutando de sus piernas, sus brazos, sus ojos, su pelo, su piel, sus manos, que cumplen como cada pedacito del maravilloso cuerpo que contiene su alma, también cumpleañeara, cuarenta años de vida.


Entonces, Klaudia, que está viviendo en una Ushuaia fresquita y gris en este día, entra al blog y escribe lo que siente, intentando agradecer de esta manera a cada una de las personas que han estado en su camino: A quienes la dañaron, porque finalmente la han fortalecido. A quienes la han amado, disculpándose si no supo recibir atenciones o actuar en consecuencia. A quienes la aman, brindándose profundamente en un abrazo de lágrimas felices...


y preguntándose si le gusta tanto coser ropa a mano porque cuando nació todo el mundo corrió a cortar sabanitas para hacerle batitas...