martes, 4 de diciembre de 2007

Y te canto los cuarenta....


5 de diciembre de 1967-Real del Padre, General Alvear- Mendoza.


Elsa comienza con contracciones de parto. Francisco espera a su tercer hija mujer, ya resignado. El abuelo Pedro mira desde el profundo de sus ojos azules, la cosecha en flor. La Nélida, como siempre despeinada, termina de arreglar las cosas en la casa. Cuida a sus dos nietas mayores, Liliana y Silvia. En el hospital de Real del Padre, algunas allegadas asisten a la parturienta.

"Si la llaman Claudia le van a decir doña Claudina"- dice doña Elsa Müller de Tudor, la patrona de la finca. -"A mi me gusta Claudia"- repite una vez más Elsa, en acuerdo con Francisco.

Luego de un forzoso y cansador trabajo de parto, a la madrugada nace las más grandota de la familia, con 4,800 kgs.

-"Grandota la gordita"-, dicen las enfermeras. -"Oí decir que no tiene ropa, pobrecita, es tan grandota", dice la partera.

Mientras tanto, la gordita grandota ya llora en la habitación, feliz de nacer a la vida, aún desnuda pues es tan grande, que la ropa que la esperaba no llega a vestirla.


No sabía Claudia por entonces, que su infancia pasaría en Cutral Có, Cerros Colorados, Plottier y que la Patagonia y Mendoza le marcarían un destino "a pura cepa", como suele decir por estos años, y que cambiaría la C por la K, porque es más linda, porque suena más fuerte, porque es como ella, más intensa. Y que sus amigos y conocidos le dirían Klaudia con K, o que en el Siglo XXI le preguntarían si es por Kirchner...el Presidente argentino.


Tampoco sabía que sus cuarenta la encontrarían enamorada después de tanto intento, de un hombre que hace sonar campanas en su alma, que su hija ya crecida sería orgullo en sus labios, que tendría 8 sobrino/as maravillosos que hacen que fluya su sangre con más ahinco, que sería parte de una gran familia de 8 hermanos, que su padre estaría con Beba y su madre con Pancho, que sus amigos de la infancia la acompañarían durante toda su vida y que cada vez que saliera a la calle en cualquier lugar donde ha vivido, se pararía con cada conocido una media hora a conversar de las alegrías y sinsabores de la vida, pero siempre dando un abrazo cálido.


Porque Klaudia es así, intensa, sincera, cariñosa. Y así llega a cumplir las "cuatro décadas". De modo intenso, sintiéndose plena, disfrutando de sus piernas, sus brazos, sus ojos, su pelo, su piel, sus manos, que cumplen como cada pedacito del maravilloso cuerpo que contiene su alma, también cumpleañeara, cuarenta años de vida.


Entonces, Klaudia, que está viviendo en una Ushuaia fresquita y gris en este día, entra al blog y escribe lo que siente, intentando agradecer de esta manera a cada una de las personas que han estado en su camino: A quienes la dañaron, porque finalmente la han fortalecido. A quienes la han amado, disculpándose si no supo recibir atenciones o actuar en consecuencia. A quienes la aman, brindándose profundamente en un abrazo de lágrimas felices...


y preguntándose si le gusta tanto coser ropa a mano porque cuando nació todo el mundo corrió a cortar sabanitas para hacerle batitas...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bonita narración. ¿Sabes?, eres de esas personas que uno no se cansa de leer. Aún no cené, pero me siento bien.
Besos
Eduardo

Anónimo dijo...

Recuerdo a Mrs Tudor y sus Citroen, cuando llegaba a Alvear a dar clases de inglés en su instituto. Su cabello gris peinado para atrás y sus brillantes ojos azules... Las veces que me retó por no haber estudiado...

klaudia dijo...

Ay que alegría este comentario! Quien sos?

klaudia dijo...

En este día recién leo tus comentarios muchísimas gracias!