lunes, 17 de diciembre de 2007

No es un juego el de los indiecitos.
¿No sentís?
Una cuchara colmada de pan caliente
como la nieve fresca, me transporta
al aroma de maderas y lengas.

Odio el olor a naftalina, me sabe
a muertos.

No es un juego el de los indiecitos.
Jugaban en el agua, corrían y jugaban
en el agua.
Y criaban su alimento.
Y amasaban sus carnes al sol.

¿No sentís?

Un hueco en tu guitarra, en cada son,
un hueco en tu cabeza.

¿No sentís?

Son ellos y estas hojas que
me acercan.
¿No sentís?
¿No sentís?

Paseo mi imagen en tu espalda.
No fue Dios, fueron ellos con sus caballos.
No fue Dios, fue la codicia.

¿No sentís?
¿No sentís?

Ellos están en mis olores
y yo, ya casi estoy llorando.

No hay comentarios: