sábado, 20 de octubre de 2007

FERIA DEL LIBRO DE LA 13

La Feria del libro de la Escuela Nro. 13 cumplió su ciclo nuevamente este año. Miles de vecinos, amigos, docentes, niños de otras escuelas, artistas, recorrieron los tantos espacios que la Feria ofreció, como otros años, también este 2007 en Ushuaia.
Entre homenajes, talleres de historieta, talleres de encuadernación, exposiciones de arte, stands de librerías y editoriales, espectáculos musicales y de danzas, también estuve ahí:

Esta vez me presenté, ( qué atrevida!) en el escenario que se instala todos los años en el gimnasio de la Escuela. Comencé homenajeando a las madres contando el cuento que un día me contó el menduco Araujo, el de los 6 lapicitos de colores.
Luego presenté a quienes me acompañaron mientras leí poemas de mis amigos, los poetas Julio Leite, Nelson Ávalos, Nicolás Romano, Daniel Quinteros, Raúl Mansilla, Roberto Goijman y Pavel Oyarzún, Pedro Ludueña y Pedro "el zurdo" Heredia (también escritor, autor y compositos. El que escribió y editó dos libros: "Estampas fueguinas".

El tiempo nos corría porque se habían atrasado los espectáculos anteriores y me quedé con ganas de leer algo mío y uno que el negro Héctor Bravo le dedicó al Negro Leiva y también otro de Luis Comis. La pucha carajo, pero no llegabamos!!

Para finalizar, invité a Norma Noguera, una de mis tantas mamás en esta Isla, a Pedro Coria y al Negro Bravo a que me acompañen con retumbos de bombos, caja bagualera y Kultrum. Con Norma leímos "el embudo", escrito por el recordado y tan valorado por mí, Marcelo Berbel.

Mi alma estuvo tan complacida, tan llena, que emocionada y con lágrimas, mirando de vez en cuando la emoción en la carita del zurdo, me animé en una rogativa mapuche, una bendición de gracias por todo lo que viví esta tarde ahí arriba, la que aprendí de mi querida Luisa Calcumil y que siempre canto en casa cuando estoy feliz!

y Norma, que me quiere y me lo demuestra, comenzó a cantar bagualas con su caja. Bagualas que sólo canta cuando está feliz y siente que el amor la acompaña. Y nos hizo ese regalo. A nosotros, los artistas, y a los que estaban en el público, que atentamente escucharon cada poema, cada tono de guitarra, cada retumbo, cada palabra y cada baguala.

A todos, muchas gracias!!! Y que los duendes de Lucinda se guarden hasta el próximo invierno porque hoy anduvieron en la Feria buscándola, hurgueteando entre los libros, como hacen desde que su amiga los dejó solitos para irse a jugar con los duendes de las nubes... Ellos, al igual que yo, no entienden por qué Lucinda prefirió sus compañías, pero Lucinda era así, estaba donde quería y con quien quería estar. Por eso sabemos que ella está bien y que cuando estuvo con nosotros, estuvo entera.

Eso quería contar, que hoy mi corazón está pleno y soy feliz!!!!

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